‘¿Cómo consigues hacerlo todo?’ ‘¿De dónde sacas el tiempo?’.. He aquí algunas de las cuestiones vitales a las que me expone mi “hiperactividad” con cierta asiduidad. Cierto es que tengo tendencia natural a meterme en varios “fregaos” a la vez -siempre y cuando me gusten, realicen y diviertan (hay que devolverle mérito y dignidad a esta palabra) y me aporten algo positivo, obviously-. Ahora mismo tengo unos cuantos “frentes abiertos”…
¿Que cómo hago para llegar a todo?
Si me analizo diría que no, no soy perezosa, y eso ayuda. Que sí, soy curiosa, y eso ayuda también. Pero también tengo familia + series que me enganchan y me apetece ver + libros que necesito leer + amigos con los que quedar para arreglar el mundo + muchas playas y sitios que visitar… Y de vez en cuando unas irresistibles ganas de no hacer nada (léase contemplación meditativa). En lo que coincido plenamente con el resto de la humanidad es en que cuento con las mismas 24 horas (restándole unas 7 de sueño) que tiene el día. Así que intentaré explicar cuál es el secreto de mi gestión del tiempo, para que me de tiempo a llegar a todo -o casi todo- sin dejar muertos por el camino (léase estrés o tareas a medio-mal-acabar). Conste que a veces también practico la procrastinación (o sea, el dejar para mañana lo que podrías haber hecho hoy) sin que me tiemble el pulso. Y que, aunque creo resolver las tareas que tengo en el tiempo del que dispongo más o menos bien, no llego a un equilibrio ideal; a menudo me toca elegir (pirámide de prioridades) y también robar horas de mis tardes/noches y fines de semana para dedicarlas a actividades profesionales en vez de a otras cosas.
Me he puesto a reflexionar sobre esto porque esta misma tarde grabo en el programa de radio EmpredeTech (que dirige Esther Molina y se emite en las emisoras asociadas a EFE), y voy a hablar de uno de los talentsolucionares que llevo en el libro “Y este crack ¿te suena?”: Jero Sánchez. Jero es uno de los pioneros en España en hablar en su blog sobre la gestión del tiempo, y el método GTD (Gettings Things Done).
En un proceso inconsciente, si te dejan, empezarás a comerte todas las palomitas hasta que termines la bolsa. Lo único que tuviste que hacer fue dar el primer paso, tomar la primera palomita y llevártela a la boca. El mecanismo para empezar y terminar tareas funciona de forma muy parecida. El principal problema al que nos enfrentamos con las tareas difíciles es dar el primer paso. Una vez vencemos la resistencia inicial, todo se desencadena solo, casi sin esfuerzo”.
Ése es el truco: dar el primer paso. Después, como él mismo cuenta, “una vez logro un poco de concentración, el interés por la tarea crece rápidamente. De esa forma da inicio una especie de reacción en cadena que me lleva a trabajar en esa tarea durante una hora, o incluso más tiempo, hasta terminarla”.
Creo que, más allá de que me ayude de herramientas como Evernote o de otros sistemas de gestión y efectividad, mi “secreto” es tan simple como el de las palomitas de maíz. Empiezo con una, doy el primer paso, y me sumerjo en esa labor determinada hasta que me las como todas (o doy el proceso en el que sea que esté metida por terminado). Hay algo que, una vez tomada la decisión de zamparse la primera, ayuda: según varios estudios, a los 20 minutos de estar sumergido en una tarea llegas al estado de “flow” (fluir) o de concentración máxima, en la que todo toma carrerilla y las cosas van cogiendo forma; lo que al principio costaba o resultaba pesado de realizar, cuando ya estás trabajando en ello se acelera, esclarece y resulta más fácil.
Si es que ya lo dice el refranero popular: “Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”. Suerte en todas las que te marques para este 2015.
¡Feliz Navidad!