Los expertos aseguran que el cambio en la capacidad productiva de un determinado sector pueden suponer un gran impacto en la demanda de fuerza de trabajo del mismo. En el informe “La revolución de las máquinas” elaborado por Bankinter, se explica que de la misma manera que a lo largo del siglo XX las operadoras telefónicas (encargadas de conectar manualmente una llamada) fueron extinguiéndose debido a la automatización de los procesos, es inevitable que en un futuro inmediato nuevos shocks tecnológicos no solo vayan desplazando el trabajo humano en favor de las máquinas, sino que es de prever que este proceso se vaya acelerando a medida que el progreso técnológico sea mayor.
Hasta aquí nada nuevo; creo que esto es algo con lo que estamos todos de acuerdo. Revolución tecnológica = exponencial. Y probablemente todos coincidamos también con esta opinión de Eugene Kandel, Jefe del Consejo Económico Nacional israelí (IA, robótica, futuro del trabajo etc. en Tel Aviv es conversación de sobremesa…): “sabemos que el progreso técnológico afectará masivamente al empleo”.
La Inteligencia Artificial el gran tema del future proofing. La entrada masiva de robots al mercado laboral, ¿supondrá una disminución radical de los puestos de trabajo sin sustitución? ¿O servirá para descargarnos de las tareas más pesadas pero sin suponer una pérdida real de empleo? Hay multitud de estudios que certifican que la automatización de muchos de los trabajos actuales será una realidad en los próximos años.
Un estudio de la Universidad de Oxford sugiere que el 47% de los empleos actuales será reemplazado en su totalidad o en parte por los robots en los próximos 10-20 años. Incluso concreta en 700 los puestos de trabajo con riesgo de ser automatizados.
Algunos de los sectores más damnificados serán:
1. Logística
2. Transporte
3. Oficina
4. Apoyo administrativo.
Lo matiza un reciente estudio norteamericano de Frey y Osborne según el cual de 703 profesiones 171 tienen más de un 90% de probabilidades de ser automatizadas.
¿Dónde reside el peligro?
Pese al optimismo que yo comparto con muchos expertos que analizan el futuro profesional (y que explico un poco más adelante), la realidad es que actualmente no tenemos modelos adecuados para gestionar el hipotético desempleo masivo que podría provocar el avance de las máquinas inteligentes. No porque no surjan otros tantos trabajos tecnológicos que dieran empleo a los desempleados (sabemos que las tecnologías siempre crean más nuevos puestos de los que eliminan), sino porque la mayoría de la población no estaría preparada para asumirlos: ni estaría digitalizada ni trabajando con el conocimiento.
Precisamente para debatir sobre esto, anticipando escenarios e identificando estrategias de futuro, el Future Trends Forum (FTF) dividió en tres grandes áreas los asuntos a tratar:
Future Trends Forum (FTF)
1. La destrucción creativa
Es decir, aquellas tecnologías o avances que supongan un mayor desafío para el empleo.
2. Competencias y mercados de trabajo
Analizar si los sistemas educativos están preparados para asumir los nuevos escenarios, o si estos serán suficientemente efectivos como para mantener el “empleo de clase media”. La mayoría de los expertos en el fow avisan de la desaparición de lo “medio”, incluído –como augura Lynda Gratton- el gerente o jefe medio.
3. Capitalismo y el contrato social
Tratar de discernir cómo y hacia dónde evolucionarán el empleo y los mercados de trabajo en esta nueva realidad, y cómo gestionarán los gobiernos las previsibles redes de protección surgidas de este nuevo paradigma.
En este estudio de Bankinter las conclusiones son claras: la revolución tecnológica e industrial en la que ya estamos sumergidos permite entrever que debido a la progresiva maquinización de los procesos productivos millones de trabajadores se verán
empujados al desempleo. Y no solo esto, sino que millones también serán virtualmente inempleables si no se abordan estas tendencias como un desafío de primera orden para los estados y las organizaciones internacionales.
Me temo que ninguna de las mentes pensantes de nuestros partidos políticos leyeron esto…
Es más… Según Beh Swan Gin, Miembro del Consejo para el Desarrollo Económico de Singapur (EDB), en el mundo hay al menos
250 millones de puestos de trabajo relacionados con actividades intelectuales con salarios bien pagados, de personas de clase media, y que ¡pasarán a estar en riesgo en un plazo medio y largo! Es decir, “las máquinas no solo sustituirán aquellos trabajos repetitivos y manuales, sino también aquellos más delicados y detallistas, ya que las nuevas máquinas serán adaptativas”. Según se vayan extendiendo irán destruyendo estos puestos de trabajo bien remunerados y que hasta ahora creíamos imprescindibles para sostener una clase media en un país.
LECTURA EN POSITIVO
Por supuesto también hay corrientes de pensadores que creen que conseguiremos trabajar con las máquina a la vez, solo que estas reemplazarán los trabajos más pesados, aburridos o peligrosos, y que de otras situaciones similares el hombre ya ha salido (léase sustitución del caballo por máquina, revolución industrial del s. XX…).
Por suerte ante esta situación, como recoge un artículo de Glocalthinking, hay una visión optimista generalizada. Según los resultados presentados en la quinta edición del “Barómetro Global de Innovación Ge: 2016”, la cuarta revolución industrial es ya una realidad: hoy en día el 61% de las empresas utiliza el Big Data para la toma de decisiones estratégicas (tendencia en alza). Además, el mismo porcentaje considera indispensable innovar radicalmente para la creación de nuevos mercados y seguir creciendo. También aseguran que el retorno de la inversión está prácticamente asegurado: un 77% afirma que los ingresos y beneficios generados por la innovación han arrojado un incremento en los resultados financieros. ¿Resultado? El 68% de los empresarios estén dispuestos a correr riesgos de pérdidas a la hora de invertir en innovación.
Más buenas noticias: aunque existe un sector que teme la pérdida de lugares de trabajo, el barómetro arroja un sorprendente optimismo entre los ciudadanos/empleados: la gran mayoría ven el trabajo en el futuro y la cuarta revolución industrial como un escenario de oportunidad en el que se proporcionará trabajo más productivo y creará funciones de mayor valor para los empleados.
¿Y qué puestos no serán fácilmente sustituibles por la robótica?
Los ligados al conocimiento y que conlleven habilidades como flexibilidad, adaptabilidad, creatividad o resolución de problemas… Es decir, los que desempeñan las personas con actitud y mentalidad líquida (knowmad).
El problema añadido ahora es que la inteligencia artificial está introduciendo la capacidad cognitiva en el proceso de automatización… lo cual podría dejar poco margen al ser humano en la escalera de aportación de valor.
El debate sobre el desempleo tecnológico como vemos es de una importancia brutal; ¿cómo no vamos a querer estar ahí, en ese debate? ¿ser partes del cambio a mejor? ¿cómo preparar a la población para este tsunami? ¿qué podemos hacer desde ya que pueda asegurarnos un buen futuro para nosotros, para los nuestros, para nuestra sociedad?..
Y sin embargo… seguimos pensando como cigarras aunque curremos como hormigas.
¡Feliz semana!