Tómate tu tiempo para conocerte a ti mismo.
Esto quizá debiera ir al principio del capítulo, al principio del libro (Knowmads), al principio de los principios, de lo importante que es. ¡Cuán normal es que avancemos por la vida sin saber adónde queremos dirigirnos, porque no hemos hecho el ejercicio de reflexionar sobre nosotros mismos! En mis talleres de marca personal digital la parte a la que más importancia le concedo, por encima de saber cómo hacer un buen blog o utilizar correctamente Twitter o LinkedIn, es tener claro qué queremos y en lo que se pueda –pues es imposible conocerse del todo– cómo somos. Si el knowmad es un trabajador del conocimiento y esta es la era del conocimiento, qué menos que empezar por conocerse uno mismo. Para poder marcarse un objetivo y saber hacia dónde queremos ir, pero también para reconocer con mayor facilidad nuestras aptitudes, fortalezas y habilidades, que al fin y al cabo son las que nos indicarán el mejor camino a seguir.
Hay dos tipos de habilidades que identificar:
- Habilidades duras o hard skills: parten del cociente intelectual de una persona y tienen que ver con la capacidad para realizar un determinado tipo de tarea o actividad; están vinculadas al conocimiento, a lo mesurable en términos exactos, a destrezas puntuales. Por ejemplo, dominar inglés en nivel avanzado. Se pueden medir y calificar.
- Habilidades blandas o soft skills: están relacionadas con el cociente de inteligencia emocional, que es el conjunto de rasgos de personalidad, habilidades sociales, comunicación, lenguaje, hábitos personales, que caracteriza a las relaciones con otras personas. Componen la capacidad de una persona para interactuar efectivamente con compañeros, jefes, clientes, etc. Algunas de estas habilidades pueden ser: capacidad para trabajar bajo presión, flexibilidad y adaptabilidad ante distintos escenarios, habilidad para aceptar y aprender de las críticas, curiosidad e imaginación, pensamiento crítico y analítico, autoconfianza y capacidad de ser confiable, comunicación efectiva, habilidades para resolver problemas, administración del tiempo (puntualidad), capacidad para trabajar en equipo y de manera colaborativa, proactividad e iniciativa, voluntad para aprender… Y por supuesto la capacidad de pensamiento divergente, asociativo, creativo.
Voy a centrarme en las segundas, pues son las que han estado más ocultas –e incluso discriminadas– en los entornos laborales, pero son las que están resurgiendo con más fuerza. ¿Por qué? Pues porque cuando hablamos del pow (presfut of work = presente + futuro del trabajo) hablamos de colaboración, de proyectos colaborativos, de entornos laborales donde prima lo social (social business, social network…) y se trabaja en redarquía. Y ¿qué es lo que hace que una red de colaboración funcione adecuadamente?
Las habilidades blandas (soft) que son las que complementan a la tecnología (hard). Habilidades para liderar, gestionar, equilibrar, trabajar en equipo y hacer posible la consecución de objetivos: autonomía, pasión, proactividad, autoliderazgo, integridad, coherencia, capacidad de escucha activa, interés, curiosidad, autenticidad, buena gestión del tiempo, responsabilidad personal y social, capacidad de reflexión, confianza, motivación, aprendizaje continuo, humildad, empatía (clave por ejemplo en procesos de Design Thinking)…
Sí, justo esas habilidades que las empresas cada vez valoran más por aquello de «puedo enseñarte el conocimiento pero no puedo enseñarte a sentir pasión por lo que haces». Y por ello está muy bien tengas las tuyas identificadas. Lo bueno de las habilidades blandas, como su nombre indica, es que aunque son difícilmente medibles juegan con la ventaja de ser adaptables, moldeables y evolutivas. Podemos trabajar en ellas para mejorarlas, potenciarlas y conseguir así una mayor empleabilidad en el trabajo en red, desde la perspectiva de lo social.
Test de Myres Briggs
Hay infinidad de fórmulas para trabajar sobre uno mismo y conocerse mejor: libros, profesionales, test, meditación… Yo te propongo, como punto de partida, realizar el Indicador de Tipos de Myers Briggs (o MBTI, por sus siglas en inglés), creado por Katharine Cook Briggs e hija. Está elaborado con bastante lógica y consiste en hacer un sencillo test que puede ser divertido y, por lo tanto, animar a seguir descubriendo más cosas sobre uno mismo; identifica bastante bien estas habilidades blandas. Por si te da más confianza, comentarte que lo usan en ING Direct (yo lo he hecho con ellos) a menudo. No para decidir a quién contratar, sino para sacar el máximo provecho de las personalidades de cada uno. Con este test deciden a quién poner al frente de un nuevo equipo, o ver como equilibrar personalidades en un nuevo proyecto, para entender por qué cuesta entender a un compañero… En definitiva, lo usan para mejorar la comunicación con el empleado, el trabajo de equipo y el liderazgo.
¿En qué consiste? En averiguar a cuál de los 16 tipos de personalidad perteneces, en función de lo siguiente:
- Cómo enfocas tu atención u obtienes tu energía (extraversión o introversión).
- Cómo percibes o tomas la información (sensación o intuición).
- Cómo prefieres tomar decisiones (pensamiento o sentimiento).
- Cómo te orientas hacia el mundo exterior (juicio o percepción).
Aunque todos utilizamos las ocho preferencias (sensación, juicio, pensamiento…) encontramos una de las opciones de cada par más sencilla de utilizar, más interesante o más cómoda que su opuesta. El resultado ofrece bastante información sobre el tipo de personalidad que se tiene, que se define con siglas: INTJ, ENFP, o ESTJ en función de tus preferencias dominantes: analistas, diplomáticos, exploradores… Sirve para obtener un mejor entendimiento de ti mismo, de los demás y del impacto que tu tipo tiene en tus interacciones
diarias. Pero no hay que olvidar que es un indicador, no es determinante, aunque yo lo encuentro útil. Puedes encontrar varios test en Internet, pero este está muy bien elaborado: www.16personalities. com (en castellano).
Feliz 2019!